¿Qué sabemos hasta ahora sobre
la inmersión en el hogar (IH)?
En esta sección, os contamos de forma accesible nuestros hallazgos de una revisión sistematizada de la literatura, en la que hemos revisado 59 trabajos sobre inmersión en el hogar. Puedes encontrar el artículo al completo en el siguiente enlace.
Quiénes lo hacen y por qué
La inmersión en el hogar (IH) consiste en criar a l@s hij@s en una lengua que no es la nativa de madres o padres ni la lengua mayoritaria del entorno. Aunque pueda parecer algo reciente, está documentado desde la década de 1960 y se ha estudiado en más de 14 países (destacan Eslovaquia, España, Turquía y Polonia), con investigaciones que abarcan desde casos individuales hasta estudios con más de 300 familias. Esta amplitud refleja que es una práctica posible en contextos muy distintos y con combinaciones lingüísticas variadas.
En algunos casos, las familias persiguen ventajas educativas y profesionales para sus hij@s; en otros, buscan un enriquecimiento cultural o la posibilidad de acceder a más de una comunidad lingüística.
Preocupaciones compartidas
Si estás implementando la IH o te lo estás planteando y tienes dudas, no estás sol@. Los estudios coinciden en que suelen aflorar las siguientes preocupaciones:
Inseguridad sobre la propia competencia en la lengua no nativa. Los padres que se decidan por esta práctica deben considerar si se sentirán cómodos en todos los escenarios que la crianza involucra. Sin embargo, los errores lingüísticos menores no son importantes, puesto que los niños escucharán el inglés de muchas más fuentes
Miedo a que el vínculo afectivo se resienta. En ninguno de los 59 estudios revisados se identifica el problema de la falta de afecto.
Presión social para ajustarse a la lengua mayoritaria. Normalmente, dicha presión disminuye a medida que el entorno de acostumbra al fenómeno.
Saber que estas dudas son comunes puede ayudar a afrontarlas con más confianza.
Estrategias que siguen las familias
Los estudios coinciden en que la constancia y la calidad del input son esenciales, así como ofrecer oportunidades reales de uso de la lengua, tanto dentro como fuera del hogar. No hay un único modo de llevar esto a la práctica.
La mayoría de las familias usan la estrategia del One Parent-One Language (en la que uno de los progenitores habla la lengua no nativa, y el otro la del contexto) o la de Time & Place (se usa cada lengua en momentos o lugares concretos, como para la lectura, el juego, canciones o actividades concretas).
No obstante, la estrategia de Minority Language at Home (en la que ambos progenitores hablan siempre la lengua no nativa) puede ser la más recomendada, dado que la escolarización siempre suele provocar el desequilibrio de las lenguas hacia la lengua del contexto.
Se suele establecer como guía que para que un niño sea bilingüe ha de escuchar la lengua minoritaria un mínimo del 25% de las horas que pasa despierto.
Qué sabemos de l@s niñ@s
Aunque se ha investigado mucho sobre las percepciones de madres y padres, los estudios sobre la experiencia de l@s menores son más escasos. Aun así, la evidencia indica que, si la IH se gestiona de manera sostenida y bien planificada, l@s niñ@s pueden alcanzar un alto dominio de ambas lenguas.
Un patrón frecuente es que la lengua mayoritaria acaba siendo dominante con la escolarización, sobre todo en la producción oral, aunque las habilidades de comprensión en la lengua no nativa suelen mantenerse fuertes. Esto significa que el mantenimiento requiere un esfuerzo consciente y constante.
El entorno importa
El contexto social y educativo influye de forma directa:
Si el entorno valora el multilingüismo y ofrece oportunidades para usar la lengua no nativa, el aprendizaje se refuerza.
Si, por el contrario, hay presión para priorizar la lengua mayoritaria, las oportunidades de uso real disminuyen y puede aumentar la inseguridad.
La interacción entre decisiones familiares, actitudes de l@s hij@s y condiciones sociales explica por qué familias con estrategias similares pueden obtener resultados distintos.
Factores que favorecen el éxito
Las experiencias exitosas comparten ciertos elementos clave:
Planificación informada: conocer las etapas del desarrollo lingüístico y las estrategias disponibles.
Calidad y cantidad del input: ofrecer un lenguaje rico, variado y adaptado a la edad.
Oportunidades reales de uso: interacción auténtica, no solo exposición pasiva.
Apoyo social y emocional: redes familiares, amistades o comunidades que respalden la iniciativa.
Flexibilidad y adaptación: ajustar las estrategias según evoluciona el/la menor.
Lo que falta por investigar
A pesar del crecimiento de estudios en la última década, la investigación sobre IH aún tiene lagunas:
Pocos estudios siguen a las familias durante varios años (falta de perspectiva longitudinal).
Escasa atención a la percepción e identidad lingüística de l@s menores.
Necesidad de análisis más detallados de los resultados lingüísticos a largo plazo.
Para avanzar en el conocimiento, necesitamos tu colaboración. Inscríbete en nuestra base de datos, y te contactaremos para participar en nuestros estudios.
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